El robo de combustible en flotas de transporte es un problema recurrente que afecta la rentabilidad y seguridad de la operación logística. No obstante, con estrategias adecuadas y el uso de tecnología, es posible reducir drásticamente estas pérdidas y mejorar el control sobre el consumo. Como gestores de flotas, sabemos que cada litro cuenta y que cualquier variación en el consumo puede representar un impacto significativo en la operación, traduciéndose en pérdidas millonarias. Se estima que, en promedio, esta práctica representa hasta un 15% del total del combustible utilizado.
Más allá del impacto financiero, esta problemática tiene raíces profundas en la cultura del sector del transporte. En muchas empresas, la extracción de combustible se ha convertido en una práctica normalizada dentro del oficio de los conductores, lo que hace que erradicarla no sea solo un desafío operativo, sino también un cambio de mentalidad dentro de la industria. Entrevistas con conductores han revelado que, en muchas empresas, al ingresar un nuevo chofer se le informa sobre una “cuota” de combustible que puede extraer sin levantar sospechas. Estas prácticas están tan arraigadas que se han convertido en parte de la dinámica del oficio, lo que hace aún más relevante la implementación de estrategias para erradicarlas.
1. Instalación de sensores de combustible de alta precisión
Para una gestión eficiente de flotas, es fundamental contar con datos precisos sobre el consumo de combustible. Nuestros sensores tienen una precisión superior al 99.5%, lo que permite medir cada carga y cada consumo de manera confiable.
Estos sensores generan gráficas de consumo en tiempo real y permiten identificar variaciones anormales, como descensos bruscos en los niveles de combustible que podrían indicar extracciones no autorizadas. Además, gracias a la geolocalización, es posible conocer el lugar y la hora exacta en que ocurren estos eventos, facilitando la toma de decisiones informadas. Aquí encontrarás esta y otras soluciones pensadas en la industria del transporte de carga pesada y largo alcance.
2. Comunicación transparente con los conductores
Más allá del monitoreo de combustible en tiempo real, la clave está en la comunicación con los conductores. Cuando los conductores saben que la empresa mantiene un seguimiento preciso del consumo de combustible, se fomenta una cultura de responsabilidad y transparencia.
3. Implementación de incentivos para los conductores
- Reducción de la rotación de personal.
- Mejora en la eficiencia del combustible.
- Mayor compromiso con las buenas prácticas de conducción.
Reconocer y recompensar a los conductores que logran buenos rendimientos fomenta un entorno de trabajo más motivado y alineado con los objetivos de la empresa. Además, para la empresa, transformar el robo de combustible en bonos de desempeño ya representa un ahorro significativo. La diferencia entre lo que un conductor obtiene al vender el combustible robado y el bono que puede recibir por una conducción eficiente suele ser mínima, considerando que la venta de diésel en el mercado informal se realiza a un valor menor que en las gasolineras.
4. Identificación rápida de ordeñas mediante geocercas
Al detectar una posible extracción de combustible mediante el análisis de gráficas del nivel de combustible o tras recibir una notificación de descarga inusual, es fundamental analizar el contexto del evento para comprender qué ocurrió y tomar acciones correctivas. Una vez confirmada la situación, es recomendable marcar el punto del evento con una geocerca. Esto permitirá identificar zonas de alto riesgo y documentar la recurrencia de estos incidentes de manera estructurada.
5. Monitoreo del nivel de combustible constante y permanente
Detectar y corregir el robo de combustible no es suficiente; es fundamental implementar un control de combustible constante para prevenir pérdidas futuras y optimizar la eficiencia operativa de la flota. Es común que algunos conductores intenten auditar la vigilancia del monitorista, reincidiendo en la extracción de combustible para evaluar si aún se les detecta. Si la supervisión disminuye, la práctica puede retomarse con el tiempo.
Conclusión
El robo de combustible es un desafío que afecta la rentabilidad de cualquier empresa de transporte, pero con las herramientas y estrategias adecuadas, es posible prevenirlo y reducirlo significativamente. Además, la inversión en estas tecnologías tiene un retorno rápido: dependiendo de la situación inicial de la empresa antes de la implementación, el costo de los sensores de combustible y el monitoreo puede recuperarse en un periodo de entre 1 y 4 meses. Esto se debe a la reducción inmediata del robo de combustible y la optimización del consumo.
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